Todas las niñas pequeñas sueñan con una boda de blanco, pero no todos los sueños se hacen realidad.
Sus lágrimas se fundían en su rostro, su sonrisa dada la vuelta giraba de nuevo, resultó que sus óptimos pensamientos no fueron en vano, ella volvió a ser feliz, su charco de lágrimas se empezaba a evaporar.